21.11.06

Marea II

Ayer la marea no subió, el mar se mantuvo donde acostumbra estar desde hace miles de años. Estaba el atardecer sucediendo ahí en ese instante, y en ese mismo instante pasaron millones de cosas en otros millones de lugares. Fuimos a buscar troncos para hacer una fogata, sí, como debe de ser un campamento verdadero, con fogata. Esperamos a que bajara un poco la temperatura. Las nubes flotaron hacia tierra firme abriendo el telón de una noche estrellada. Se oían las olas rompiendo. Prendimos los troncos y un cangrejo pasó junto al fuego. Entonces nos acostamos a ver a las estrellas, con las cabezas juntas y los pies apuntando en sentido opuesto uno del otro. Estuvimos buscando constelaciones que en realidad ni conocemos; buscamos la Vía Láctea y satélites artificiales, ubicamos a Marte, a Venus, a la Osa Menor, al cinturón de Orión y hasta los ojos de Santa Lucía. Vimos un par de estrellas fugaces. Hablamos del tiempo, de la velocidad de la luz, de Superman, etc. Estábamos rojos de quemados por el sol, enamorados, llenos de arena, con cervezas y güisqui en la hielera.

13.11.06

Marea


El momento ya empezó, estamos en él.


Tal vez podríamos ocasionar un tiempo alterno, un nido de minutos para acurrucarnos de por vida. Pero la situación no lo permite.


Mis brazos te envuelven y soñamos juntos cosas que nunca recordaremos. El momento es este, todo lo demás no existe; hasta que llegue el punto de abrir los ojos para ver qué es lo que sigue.


Y lo que sigue es siempre otro momento. Es estar, aquí, conectando momentos.