15.2.13

El manantial

Sabes que los hombres quieren ser eternos, pero mueren con cada día que pasa. Cuando se los encuentra, no son los mismos de la última vez. Cada hora matan algo de sí mismos. Cambian, niegan, se contradicen, y a eso le llaman crecimiento. Al final no queda nada, nada que no se haya trastocado o que no haya sido traicionado, como si no hubiera existido nunca una entidad, sino solo una sucesión de adjetivos que se van desvaneciendo hasta convertirse en una masa informe. ¿Cómo pueden esperar una permanencia  que nunca han sostenido ni un solo instante?

-Ayn Rand