23.11.14

El mexicano ante los nuevos órdenes geopolíticos y de control masivo.

¿Quién es el narco-estado en México?,  ¿cuál es el problema con México?,  ¿cómo se hace una revolución, con memes? 

Narco-estado hablando del gobierno coludido con los cárteles, obviamente. Y narco-estado hablando también, si me hacen el gran favor, de cómo nos sentimos con las substancias que consumimos. Narco-estado psicosomático de los individuos, y de los países; para hablar del bosque y referirse a todo el conjunto de árboles que lo conforman. Y mientras se terminan de convencer en legalizar y civilizar al mercado de las drogas el reto sería dejar de consumirlas. O siendo más realistas, ¿aprender a fabricarlas para el consumo personal?, o más realistas ¿dejando de participar en marchas por un lado y/o dejando de consumir por el otro? Algo no encaja aquí. Intentar establecer una línea de base donde poder darle piso al problema para saber qué hacer, para darle congruencia al asunto, y sobre todo para saber que lo que se está haciendo tiene efectos visibles, es decir, que el cambio está ocurriendo, en nosotros primero, ya luego veremos en los demás y en el país. Eso sería un primer buen paso dado con asertividad.

Unos aburridos y necesitados de fiestas acompañadas, siempre, siempre, de substancias de toda índole. Incluso al día siguiente de haber salido a marchar. Los otros aburridos de tanta miseria y necesitados de aquelarres sangrientos que los distraigan un poco para olvidar su miseria. Diferentes tipos y grados de aburrimiento, sí. Otros sin necesitar de substancias ni de sangre, atrapados en medio.  Todos dormidos frente a la televisión que es tan bonita palabra y que es un increíble invento, increíblemente desperdiciado también.

A parte de señalar al narco-estado como El Problema, tengo esta duda: ¿qué tanto petróleo tiene México para ser blanco de una guerrilla orquestada por el imperio? ¿Nos toca nuestro turno de ser Colombia?

Pensemos en Italia y en su modelo ‘Berlusconi’, en ese circo de más de 120 días de Sodoma. Francia con su top-model. Mónica mamándosela a Bill. En dictadores africanos bañados en joyas y en pieles de felinos. En el Medio Oriente y sus propios problemas. En todos los ejemplos similares. Pensemos en el socialismo del 2014 en América Latina. En Irán, Afganistán y la heroína. En el índice de alcoholismo en los presidentes y primer ministros. En los alemanes eligiendo a Ángela una y otra vez. En Corea del Norte o del Sur o en las dos. En los nuevos países de África que tienen dos o tres años de vida, vida de país-bebé nacido con VIH en un lugar del mundo donde no llega el tratamiento, ni llegará tal vez. Pensemos en Estados Unidos, en sus gobiernos y sobre todo en su sociedad civil, ¿son ellos el verdadero problema, son ellos los que crean la mayor demanda de estupefacientes en el mundo? En el mundo organizándose de tantas formas y desorganizándose de tantas otras. En la Comunidad Europea auto-rescatándose. En los flujos migratorios mundiales y en sus efectos. En pretender establecer y cumplir derechos humanos a un cáncer que crece exponencialmente, con una capa pobre e ignorante cada vez mayor; como la cerveza, sí, en México como en todo el mundo. Entonces volteemos de nuevo a ver a México con su extraña amalgama de mexican Barbie & Ken presidente-primera-dama al frente de esta pista en el circo del mundo. Si la estrategia es desmoralizarnos y amedrentarnos, ellos van ganando. Porque sí, el mundo va mal, sí, todo está mal. Es como si el sol hubiera dejado de salir desde hace años, y como si la gente creyera que en realidad el sol no ha salido en años.

Después de todo esto pensemos que vivimos desconectados de eso que se nos impone como la realidad, pretendamos que no sabemos todo lo que está pasando, que hemos decidido desde hace años no ver televisión ni leer la prensa, ni la nacional ni la internacional, ni enterarnos de nada por ningún medio. Pensemos en los efectos que  esto causaría en cada uno de nosotros. Pensemos en esta opción de libertad, de tranquilidad. Y si nos asalta el susto de ser indolentes, brinquémoslo, solo por experimentar algo afuera de los parámetros comunes. Pensemos que estamos siendo manipulados y que hasta nuestro enojo o indignación o cansancio han sido puestos en una agenda, con fecha y hora, casi cronometrados. Porque  los cientos de miles de balas que han cortado más que el aire en este país y en el mundo, y las toneladas de metal que han sido proyectadas contra los humanaos a velocidades mortales para los humanos por décadas y décadas, aquí y allá; son una experiencia global que hemos vivido desde nuestros abuelos globales, padres globales, nosotros globales y nuestros hijos globales, a lo largo de nuestras vidas globales, en todo el tiempo englobado. ¿Dónde está la noticia en esto? Así se han levantado todos los imperios y de esta misma forma han sido evaporados, a largo de toda la historia. Con sangre, control, miedo y muerte. Todo el tiempo alguien está matando a alguien en alguna parte del mundo, entre amigos y enemigos, entre ejércitos, entre vecinos, entre parientes, entre amantes, entre socios y la lista continua extensamente. Las razones para matarnos, torturarnos y violentarnos sobran, algunos las tienen muy claras, algunos las obedecen sin chistar, algunos disfrutan haciéndolo. ¿Por qué seguimos tan atentos a estas noticias? ¿En qué nos ayuda el arte politizado y manchado de tanta obscuridad? ¿Dónde están las opciones de optimismo, luz, positividad y las propuestas que renuevan? No necesitamos remendar las cosas, necesitamos renovarlas. No necesitamos cambios allá afuera, necesitamos cambios adentro de cada uno de nosotros mismos en primera instancia.

Y a pesar de todo esto veo a gente sonriendo ante el monstruo que representa la vida. Gente que sale a protestar y que lo tiene claro, y que se replantea constantemente ante sí mismos, ¿qué estoy haciendo? Que no vive en el pozo de la desilusión. Gente que quiere hacer las cosas bien, que esta dispuesta a interrelacionarse con los demás en términos humanos, positivos y de crecimiento para todos. Necesitamos encontrar a este tipo de personas, necesitamos levantarnos y salir a su encuentro, formar grupos de amigos, organizaciones civiles, lo que quieran. Necesitamos unirnos.

Es momento de cortar todos los canales que alimentan nuestra programación hacia un pensamiento masivo. Es momento de desactivar nuestras reacciones lógicas en cadena. Es momento de pensar cada uno por sí mismo y en sí mismo, en su entorno, en su comunidad, en la fuerza de alcance de las acciones propias y empezar a experimentar pruebas-errores de acciones que nos lleven a un lugar mejor. A un lugar mejor, sin más descripción ni adjetivos. Y NO porque ahora sea realmente el momento más propicio para hacer esto, NO porque ahora estamos llegando al borde de las circunstancias. NO por la coyuntura histórica que nos toca vivir. Es porque todo el tiempo esta es la mejor forma de proceder. Formar redes sociales palpables, de manos que se saludan con un contacto físico y no solo virtual. De ayudarnos entre nosotros a crear un sentido de unidad y solidaridad entre personas, de entender que todos somos iguales, desde Peña Nieto hasta el que le arrancó la cara al muchacho, el granadero y la señora que vende chicles. Me preocupa que todo esto sea solo una llamarada más, un momento histórico más. Que no tengamos la infraestructura de pensamiento necesaria para que nuestras consciencias realmente cambien.

Creo que un movimiento revolucionario pacifista que nace del cansancio, de la indignación, del llanto, del enojo y desde la opresión de un estado fallido, es un movimiento con cimientos grises y tristes, bastante proclive a violentarse o esfumarse a la mínima provocación. Enfrentémoslo sin tapujos, midamos hasta dónde somos nosotros los que causamos y creamos ‘el problema’ y hasta dónde somos agentes de solución y también, hasta dónde nos importa, y si decimos que nos importa, ¿qué significa eso? Todos adentro y todo afuera del problema. Tengamos bien claro en qué consiste el problema, definámoslo y pongámosle pies y cabeza; para de entrada, saber de qué estamos hablando. Y disculpen el ridículo de solo proponerlo y no desarrollarlo, pero eso es tarea individual y no se vale copiar. Y si el problema son otros, y si las soluciones también les competen a otros, entonces no pasará nada. El problema soy yo cuando contacto al narco-menudeo porque me quiero divertir. El problema soy yo cuando me encuentro desinflado por dentro porque la vida es injusta y no tiene ningún sentido. Y todavía en una línea de pensamiento mas fina: ¿el problema soy yo comprando una Coca-Cola porque me da placer y el no poder aceptar este hecho?, ¿el problema soy yo cuando voy a ver el cine de Hollywood?, ¿yo comprado ropa cara en centros comerciales exclusivos?, ¿yo comiendo en los mejores restaurantes y viajando en primera clase?,  ¿yo discriminando, siendo clasista?, ¿yo creyendo que las noticias son noticas y que el arte es arte y que el amor es amor y en un sin fin de premisas similares?

Pienso en los japoneses protestando: trabajando horas extras sin cobrar. Y sí, también pienso en ellos suicidándose. Pienso en los mexicanos haciendo memes y videos graciosos, porque parecemos idiotas (¿o tal vez realmente lo somos?) y nos gusta reinos como idiotas de cualquier idiotez. Pienso en las comunidades rurales abandonadas de las manos de sus ancestros, de las manos de toda los dioses y deidades, de la mano del estado, la mano de su sentido de comunidad, de la mano de sus paisanos. Pienso en la filosofía alemana pasada y su interrelación con la economía alemana actual. Pienso en la naturaleza moribunda, contaminada. En la economía que nos amenaza. En el capitalismo a punto a reventar. En el mundo sobrepoblado y podrido. En mi futuro y en el futuro de los hijos de todos. Quiero llegar a soluciones, creo que las vislumbro. Ni una queja más. Ni un meme más. No más espacio para la negatividad ni para la idiotez. Ni para reproducir tanta basura innecesaria. Ni una hora más gastada frente a la televisión, ni aunque sea de paga, ni aunque sea para ver programas de deportes o de animales, con el pensamiento embotado. Ni un solo canal de comunicación abierto a los controles masivos. Ni un minuto más en la redes sociales riéndonos de lo que no deberíamos de reírnos. Todo esto para empezar, solo para empezar. Y entonces sí: veamos qué pasa.


La revolución está en las organizaciones civiles que ya están enfocadas en esto en México y en el mundo. Que entienden el problema, que entienden su parte en la generación del problema y que actúan en consecuencia. En la generación de espacios de convivencia donde el estatus social se borra, porque la igualdad sí es posible. En la generación del tipo de arte que nos hace pensar en estas cosas, y que más que repetir el mismo discurso enajenante, nos lleva a nuevos campos conceptuales donde podamos apoyarnos para mover nuestras estructuras de pensamiento hacia modelos más incluyentes, participativos y novedosos. La revolución soy yo levantándome de la cama todos los días, y mejorando cosas en mí. La revolución soy yo diciéndole a mis amigos que apaguen la televisión, pidiéndoles que no se diviertan con los memes de Ángelica Rivera, pidiéndoles que no le tilden de pendeja. La revolución somos todos los que vamos a hacer algo en el corto, mediano y largo plazo para desplazarnos, todos juntos, a un lugar mejor. La revolución es darle muerte a nuestro propio egoísmo. La revolución es una nueva clase de políticos y nuevas formas de gobernar. La revolución no son borrones y cuentas nuevas, es la renovación y adecuación de las instituciones. La revolución soy yo dejando de drogarme, soy yo divirtiéndome en el proceso de construir una mejor sociedad. La revolución soy yo satisfecho con mi día. Sí, la revolución somos todos, cuando entendamos lo que ese todos encierra, cuando ese todos sea un todos iguales.

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¿Datos duros? OK, hagan sus matemáticas:
43 estudiantes desaparecidos.
62 cuerpos encontrados en fosas, no son cuerpos de los estudiantes.
123,470 número estimado de secuestros en México en el 2013.
93.8% de los crímenes no son investigados.
10,700,000 familias, aproximadamente, tienen una víctima.

(Fuente BBC World Service)

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